El quinto sábado consecutivo de protestas de los chalecos amarillos ha llenado las calles de París con 8.000 agentes de policía en una jornada en la que la participación está siendo más baja que en los violentos fines de semana anteriores. Hasta el momento se han practicado 85 detenciones en París y se han constatado 230 acciones de protesta en todo el país.
El presidente Emmanuel Macron anunció el pasado lunes la subida en 100 euros del salario mínimo y también la eliminación de impuestos y cargas sociales sobre las horas extra. Espera así aliviar la presión de los manifestantes, que protestan por el encarecimiento de la vida y el empobrecimiento de las clases medias.
La nueva jornada de manifestaciones ocurre en la misma semana en la que un islamista francés ha matado a cinco personas en un atentado en Estrasburgo y Macron ha superado una nueva moción de censura impulsada desde la izquierda con el voto favorable de la ultraderecha del Frente Nacional.