por una acumulación de grasas y aceites en las chimeneas del sector de comidas del gigantesco local. Según la Corte Suprema de Justicia el incendió dejó un saldo de 327 fallecidos, entre 249 a 500 heridos de diversa consideración, y seis desaparecidos. Estas cifras oficiales aún son materia de debate, en especial por los familiares de las víctimas, quienes aseguran que los números son mayores. Esta foto es de los primeros minutos del fuego cuando los bomberos aún no habían llegado. En ese momento centenares de personas pugnaban por salir del local cerrado a propósito. Varias fuentes concuerdan en que la cifra varía entre los 350 y 400. Se cree que las autoridades no relacionaron muchas muertes posteriores al incendio con el incidente del Ycuá Bolaños. Las causas de decesos más frecuentes fueron las quemaduras, intoxicaciones por gas inhalado, asfixias por la avalancha de personas, y posteriores complicaciones de algunos sobrevivientes. El incendio ?que había comenzado ya horas antes? ocurrió por una combustión de grasa y carbonilla acumulada en una de las chimeneas de la sección del restaurante debido a la falta de mantenimiento y limpieza, y luego se propagó por todo el cielorraso, cediendo este último y arrasando con todo a su paso. Según testigos y víctimas, al momento de producirse el accidente, los guardias de seguridad ?siguiendo supuestamente órdenes de los dueños del establecimiento? cerraron las puertas del recinto para evitar que las personas escaparan con bienes que no hubieran pagado, provocando así la muerte de muchas personas. La foto minimalista que sigue siendo el icono de la tragedia de Ycua Bolaños. Detrás de las rejas unas 200 personas murieron aplastadas y asfixiadas. En la parte jurídica, el hecho en sí fue dividido en tres causas judiciales: contra los propietarios y guardias (imputados por el cierre de puertas); contra el arquitecto encargado de la obra por no prever cortafuegos en los cielorrasos; y contra los funcionarios municipales de Asunción por haber habilitado la obra con deficiencias en la seguridad. El juicio contra los primeros culminó en primera instancia el 5 de diciembre de 2006, cuando el tribunal, con los votos de dos de sus tres jueces, los condenó como responsables de "homicidio culposo" con una pena de cinco años de prisión, en vez de los 25 años que solicitaban los querellantes y la fiscalía como autores del delito de "homicidio doloso agravado". Esta decisión provocó graves incidentes entre familiares de las víctimas y policías, al considerarse que las penas eran muy bajas. Otro dato curioso es la cantidad de jueces y magistrados que se inhibieron en esta causa, que inclusive llevó al traslado de los expedientes a jueces del interior del país. Finalmente, en febrero de 2008, los Pio Paiva escucharon la sentencia final al ser hallados culpables de homicidio doloso estableciéndose que continuaran en prisión. Los demás imputados ya habían salido en libertad por haber cumplido la pena mínima. EL LUGAR En el año 1997, Ycuá Bolaños pasó de ser un solo minisúper de barrio, a convertirse en una cadena de supermercados al conformarse la Sociedad Anónima entre la familia Paiva e integrantes de la empresa consultora Casaccia-Burgos Auditores, con la apertura del segundo local del Ycuá Bolaños (Multiplaza), llamándose la sociedad "Ycuá Bolaños Industrial y Comercial S.A". Los planos del edificio donde se produjo el incendio se aprobaron el 26 de junio de 2001 y la obra terminó de construirse el 30 de noviembre de ese mismo año. Fue inaugurado tres años antes del incendio, el 7 de diciembre de 2001, en las avenidas Artigas y Santísima Trinidad de Asunción, siendo uno de los más modernos de la cadena e inclusive de la ciudad en ese entonces. Abarcaba una superficie de 12.000 metros cuadrados, contaba con espacio para más de 1.000 personas, estacionamientos para más de 350 vehículos, además de oficinas y un restaurante. TRAGEDIA EN CÁMARA LENTA El primer indicio de llamas se presentó alrededor de las 9 de la mañana ?momento en que se rutinariamente se prendía fuego para preparar las enormes parrillas para el asado del mediodía?, según las pericias las chispas provocadas encendieron el interior de la chimenea del restaurante, debido a la acumulación de grasa y carbonilla, especialmente sobre un "codo" de la chimenea (que tenía la salida al exterior en forma de "S"), extendiéndose por encima del cielorraso hasta el tinglado del local principal. El fuego empezó a correr lentamente a través de todo el cielorraso ?que no contaba con ventilación ni extractores eólicos ni parallamas?, causando una pequeña explosión al encontrarse con los vapores emitidos por los hornos eléctricos de la panadería luego de una hora y media del primer indicio de llamas. Esta pequeña explosión no pasó desapercibida, aunque sólo era conocimiento de algunos empleados del local. Alrededor de las 11:20 horas, la presión causada por la propagación del fuego aumentó dentro del cielorraso, momento en que se produjo el desprendimiento gradual de los paneles del cielorraso y con ello una entrada "súbita" de oxígeno, lo que facilitó la combustión y propagó las llamas de una manera "rápida y violenta" en varias direcciones, quemando y haciendo explotar a su paso todos los envases de inflamables existentes en el local, causando a su vez los efectos de "backdraft" y "flashover", lo que causó la muerte de decenas personas en segundos. Debido a estos efectos explosivos de altísimo calor, las personas que estuvieron cerca de la fuente de la explosión, fueron calcinadas instantáneamente. El lugar se encontraba a estas horas completamente abarrotado, unas 800 a 1000 personas aproximadamente, ya que era domingo y muchas personas habrían cobrado su salario a fin de mes. Igualmente, el Patio de Comidas se encontraba repleto por celebrarse el "Día de la Amistad" (en Paraguay se celebra originalmente el 30 de julio). Tras el caos inicial las autoridades dispusieron mesas de registros para reclamar por personas presuntamente desaparecidas en el incendio. Al final fueron 6 cuyos restos nunca se encontraron. "CIERREN LAS PUERTAS" En ese momento se desató el caos en el local con una estampida hacia las salidas durante la cual el recinto se llenó de humo y se produjo un apagón. Al llegar a las puertas, los compradores descubrieron que éstas se encontraban cerradas, por lo que no pudieron huir, quedando todos encerrados en una gran pira funeraria. Según la prensa y las declaraciones vertidas durante el proceso criminal, las puertas fueron cerradas por órdenes de los superiores, con el fin de no dejar que nadie saliera sin pagar por los bienes del supermercado ?aunque según los dueños? nunca dieron esa orden. Según los acusados, Juan Pío Paiva y su hijo Víctor Daniel, quien aparentemente dio la orden fue el gerente Vicente Ruiz, quien era la máxima autoridad del local en ausencia de los Paiva, pero convenientemente para la causa había fallecido en el incendio. Se comprobó también que los Paiva no estuvieron en el local al momento del incendio y es sabido que históricamente en aquella época, el cierre de puertas en ciertos locales comerciales ?en caso de apagones o incidentes?, como el del Ycuá Bolaños, era ya una orden preestablecida, para evitar saqueos. Esto último fue lo que sostuvo el fiscal Edgar Sánchez para formular su acusación. Uno de los graves desórdenes durante el juicio que se realizó en un estadio. Finalmente, las condenas no fueron lo duras que reclamaban fiscales y las familias afectadas. EL RESCATE Para extinguir el fuego fue necesaria la participación de más de cincuenta vehículos y más de 1.000 bomberos, que fueron ayudados, a su vez, por miembros del ejército y de la policía, incluyendo bomberos de la provincia de Formosa. En el juicio se reveló que los gritos de desesperación se oían desde la calle donde comenzó a congregarse gente que no podían acercarse a la entrada. Los testigos -visiblemente afectados por el recuerdo- agregaron que nunca habían pensado que un ser humano pudiese gritar así y que poco a poco se fueron apagando detrás de la reja cerrada. La extinción completa del fuego tomó cerca de ocho horas y los primeros heridos fueron derivados a distintos hospitales de la capital y alrededores, los cuales se vieron superados por la magnitud de la tragedia. Muchas personas fueron rescatadas con vida de baños y depósitos que les sirvieron de resguardo del calor y el fuego. Algunos fueron rescatados dentro de las heladeras exhibidoras y freezers. Según el testimonio de algunos sobrevivientes, el baño donde estaban refugiados tenía duchas y con eso pudieron sofocar el intenso calor. Según conclusiones del cuerpo de bomberos, este caso superó todos los protocolos de emergencia, debido a la cantidad de víctimas y la magnitud del siniestro. Aunque muchas decisiones se tomaron por instinto, el entrenamiento que el personal tenía sobre seguridad en incendios estructurales fue de mucha ayuda en la acción frente a la emergencia. Ningún oficial del cuerpo de bomberos falleció durante las labores de rescate; aunque algunos tuvieron que ser hospitalizados por intoxicaciones leves. LAS CONDENAS El juicio se enredó de una manera que todos preveían dado el poder político y económico de los acusados. Finalmente, tras docenas de apelaciones y recusaciones el propietario Juan Pío Paiva fue condenado a 12 años de cárcel por homicidio doloso en grado eventual. Exposición de personas a lugares de trabajo peligrosos. Daniel Areco y Juan Pio Paiva en uno de los tantos traslados durante el juicio. El primero fue señalado como el ejecutor de la orden de cerrar el local dejando morir centenares de personas. Por su parte Víctor Daniel Paiva fue sentenciado a 10 años de cárcel por homicidio doloso en grado eventual. Daniel Areco (guardia): 5 años de cárcel acusado de homicidio doloso en grado eventual. Humberto Casaccia (accionista): 2 años y 6 meses de cárcel por exposición de personas a lugares de trabajo peligrosos. El martes 23 de diciembre de 2014 quedó en libertad Juan Pío Paiva, con los dictámenes favorables de psicólogos, buena conducta dentro de la cárcel y tras haber cumplido los años mínimos de encierro. Paiva era la última de las personas que guardaba reclusión por el incendio. Por la misma vía de la libertad condicional ya habían salido antes su hijo, Víctor Daniel Paiva (2013), y el guardia Daniel Areco (en libertad desde septiembre de 2007), que cumplía cinco años de condena. El Papa Francisco no pudo orar por las víctimas del incendio debido al desorden provocado por una multitud desesperada que le clamaba interceda para evitar la impunidad. VISITA DEL PAPA El 12 de julio de 2015, el Papa Francisco en su visita al Paraguay, pasó por las ruinas del supermercado siniestrado, bendiciendo desde el Papamóvil ante una multitud de gente, aunque no pudo quedarse por incidentes causados por los indignados familiares que veían como el juicio se dilataba groseramente. Víctor Daniel Paiva ?hijo del propietario Juan Pío Paiva?, murió el 5 de diciembre de 2020, a la edad de 54 años, debido a complicaciones por COVID-19 (durante la pandemia de coronavirus), convirtiéndose en el primer condenado en esta causa ya fallecido. A 20 años de la tragedia se rescata que desde entonces las autoridades de Asunción se muestran muy celosas de las habilitaciones comerciales para grandes locales y los bomberos de Paraguay capitalizaron la experiencia generando nuevas técnicas de ataque al fuego y rescate de víctimas que son estudiadas por las fuerzas de países vecinos.